… o por fin se terminó.

Se suele decir que lo bueno, si breve, dos veces bueno, pues en este caso como breve no ha sido espero que por lo menos haya sido bueno (aunque solo una vez). Como comente en la entrada anterior, las molduras que había realizado no me pegaban ni con cola en el joyero, lo normal sería haber hecho un buen dibujo y verlo antes pero… como una prueba real no hay nada. Así que tras descartarlas decidí terminar el conjunto y hacer otras una vez que pudiese ver el «todo».IMG_0529

Termine de realizar las traseras de los cuatro cajones. Tres de ellas con colas de milano deslizantes y la de el cajón del centro solo con una ranura para aprovechar más ese pequeño espacio. Como siempre este ensamble es un placer de realizar y una maravilla de estructuralmente hablando.

Con esto realizado, pase a dar el acabado interior a las piezas y procedí al encolado de los cajones. Tras encolar realicé los ajustes necesarios, quita un poco de aquí pon un… uy! pero si no se puede poner, esto ultimo es fundamental, por lo que los ajustes son quitar una viruta y probar, quitar otra… y así hasta que encaja a la perfección, teniendo en cuenta que en el futuro habrá mermas al secar más la madera. También hay que tener en cuenta que el acabado en los laterales incrementa el grosor de las piezas (lo suficiente como para que no abran si el ajuste es de décimas de milímetro).

Una vez hechos los ajustes y antes de dar el acabado a los frentes realice las «mini» cajas para las «mini» espigas de los tiradores de granadillo. Primero realicé unas pruebas en una pieza de desperdicio para comprobar la alineación de los tiradores (las espigas no son todas iguales) y con esa prueba hecha y medida pasé a realizar la prueba de verdad, agujerear los frentes…

Con las cajas terminadas di el acabado a los frentes de los cajones y luego encolé los tiradores. Y a probar otra vez y ver como al cerrar un cajón salia otro y al abrir otro se cerraba el anterior (disfrutando como los peques, jejeje).

Después, pase a preparar los fondos de los cajones, en cedro rojo para variar. Esta madera tan compleja de cepillar y dejar un buen acabado, aquí es donde he notado muchísimo la incorporación de la piedra de grano 10.000, una maravilla, eso si el afilado trabajando esta medra dura menos que un caramelo en la puerta del cole.

Una vez terminados los fondos de los cajones, que van sin acabado, pues si no el aroma del cedro rojo se pierde me pues a realizar las molduras inferiores, Esta vez mucho más sencillas. También son de cerezo, así que deshilar, escuadrar, dimensionar y realizar las molduras, básicamente con el cepillo de rebajes. Luego la parte más delicada,  realizar y ajustar los ingletes, teniendo en cuenta un minúsculo descuadre de uno de los laterales por lo que el angulo ya no eran 45º exactos. Una vez probado y ajustado, dar el acabado y fijar a la estructura.

Esta vez si que me convencieron, así que se unieron al resto del joyero y … colorín colorado el joyero se ha terminado.  Ahora toca guardarlo para llevarlo al concurso de Lignorum 2016 y ver que pasa.

Nos vemos en Lignorum, hasta la próxima.

 

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